Reactivación del carbón activado granular
De entre los tipos de filtrado de carbón que podemos encontrarnos, el formato granular es una de las soluciones más requeridas en la industria dedicada a la purificación de sustancias y para diferentes contaminantes del agua. Pero, una vez empleado, ¿se puede volver a utilizar el mismo producto? La respuesta es un rotundo sí, donde los procesos de regeneración o reactivación del carbón activado tienen la clave.
¿Cómo reactivar el carbón activado granular?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el principal mecanismo por el cual se retienen contaminantes en la superficie del carbón activado granular (CAG) es el de adsorción física. Por tanto, el proceso es reversible. En este sentido, entran en escena los conocidos como procesos de reactivación del carbón activado o regeneración, cuyo objetivo es la eliminación de sustancias adsorbidas por el CAG. En consecuencia, se restablecen sus propiedades iniciales y, en última instancia, puede reutilizarse el mismo producto para nuevos procesos de retención de partículas.
Tipos de reactivación del CAG
Vapor de agua, reactivación térmica, modificación del pH… El CAG admite numerosos métodos de reactivación. A continuación, detallamos los más utilizados.
Regeneración con ácido
Para desprendernos de sales inorgánicas como la cal, la mejor fórmula es la reactivación o regeneración por disolución con ácido. Concretamente, en este tipo de procedimientos se suele utilizar una solución con ácido clorhídrico, pues tiene una extraordinaria capacidad para disolver compuestos inorgánicos. Para acelerar el proceso, se calienta la solución a temperaturas que oscilan entre los 60 y los 70º C.
Reactivación térmica
Este es el método de reactivación más utilizado y se vale de los mismos hornos utilizados para la activación térmica. En este proceso, la reactivación se consigue con temperaturas de entre 500 y 800°C, haciendo desprender los compuestos volátiles del CAG, mientras que los no volátiles se degradan por la ausencia de oxígeno (pirólisis) y gasifican.
Vapor de agua
Este proceso es muy utilizado para recuperar solventes de carbones que los han adsorvido previamente de una corriente de aire. Pero, ¿cómo funciona? Pues bien, este método prescinde de químicos para reactivar el CAG, gracias a la circulación del vapor de agua por la cama del carbón en dirección descendente. De este modo, la fuerza de la gravedad es la mejor aliada para que los condensados no se acumulen y las partículas se desprendan del carbón.
El proceso tiene como objetivo la remoción de las moléculas orgánicas con una volatilidad menor o igual a la del agua (es decir, con temperatura de ebullición menor a 100º C), y que hayan sido retenidas previamente por adsorción física. Cuanto mayor sea la presión del vapor, mayor su temperatura y, en consecuencia, la capacidad de desorber compuestos menos volátiles será más eficaz.
Otros métodos que utilizan el mismo procedimiento son, por ejemplo, los de reactivación con gases calientes, que se valen de gases como el nitrógeno en lugar de vapor de agua para conseguir los mismos resultados.
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